Complejidad en la administración: Debido a su amplia gama de características y opciones de configuración, PostgreSQL puede ser más complejo de administrar en comparación con otras bases de datos más simples. Los administradores de bases de datos necesitan un conocimiento profundo para optimizar el rendimiento y asegurar la integridad de los datos.

Rendimiento en cargas pesadas de escritura: Aunque PostgreSQL maneja bien muchas cargas de trabajo, en escenarios de cargas muy pesadas de escritura, puede que no ofrezca el mismo rendimiento que algunas bases de datos diseñadas específicamente para estas tareas, como MongoDB o Cassandra. Esto puede requerir ajustes y optimización adicionales para manejar eficientemente grandes volúmenes de escrituras concurrentes.

Menor popularidad en algunos sectores: A pesar de su potencia y flexibilidad, PostgreSQL no es tan ampliamente adoptado en algunas industrias como otras bases de datos, como MySQL. Esto puede resultar en una menor disponibilidad de herramientas específicas, menos recursos de aprendizaje y una comunidad más pequeña en ciertos contextos, lo que puede dificultar la adopción y el soporte.